lunes, 30 de junio de 2008

Ya son 6 meses.

Ayer me puse a pensar en muchas de las cosas que han sucedido en los últimos días y sin querer, mi memoria de deslizó a recuerdos tan antiguos como las veces que salía a rentar películas con mi papá y siempre tomaba un cassette BETA de Silly Symphonies de Disney. Recordé como solíamos hacer las palomitas en una olla azul como manchitas blancas antes de que aprecieran las bolsitas de palomitas de microondas. Recordé muchas cosas agradables y otras tantas divertidas, como la vez que un primo se ahogaba con su refresco por tanto reírnos cuando fuimos a ver la versión de El Planeta de los Simios de Tim Burton.

"Han sido unos intensos 6 meses" me dije a mí misma.
"Mí misma, ya para de hacerte chaquetas mentales y ponte a hacer algo"

¿Sí, por qué no?

Me ha costado mucho trabajo, pero ya llevo una tercera parte de un bote de espárragos en conserva lleno de cenizas. Supongo que eso de algo servirá...

Seis intensos meses. ¿A quién se le abría ocurrido que acabaría hoy a las 3:30 de la mañana escribiendo como posesa, para variar? Sólo a mí... supongo que esto de algo me servirá...

Sin embargo, no me parecen que hayan sido 6 meses... más bien parece que han pasado años, como que todo se congeló y nadie movió un musculo durante esos seis meses. Supongo que de algo sirvió que me haya acordado ayer de cosas que han pasado en estos 6 largos, inquietos, intensos e inolvidables meses.

viernes, 27 de junio de 2008

¿Porqué a veces pareciera que la vida se burla de nosotros? Nos lo da todo y luego nos lo arrebata, nos da esperanzas que luego se desmoronan, nos da sol pero nos quema, nos da el agua que nutre y nos manda las tormentas que matan... La vida, fuera de burlarse, está llena de contrastes. ¿Pero que sería de nuestras vidas, de nuestra misma existencia sin esos contrastes? A lo mejor sería todo demasiado plano y gris; soso y sin chiste; aburrido y completamente olvidable.

¿Que vida no sería la nuestra con tantos colores, tantas emociones, tantos sucesos y tantas y tan diferentes personas?

Aunque claro que la vida es cruel también; hay que soportar a demasiados p*ndej#s... a veces.

jueves, 19 de junio de 2008

la piedra en el pozo

La verdad es que hubiera preferido que me escupieran en la cara a recibir un mail como el que recientemente recibí; diablos, el remitente ha de tener un machote o un guión para poder tener la entereza de decir siempre lo mismo… Ahora que visto de buen modo, decir siempre lo mismo no es malo ya que no genera discrepancias, sin embargo no es tan bueno si nuestro diálogo no cambia y persiste inalterable aún después de mucho.
Parece (y espero) que éste no sea el caso.

Después de leer todo, me sentí como un piedra que cae en un pozo oscuro, frío y profundo; todo lo que antes veía ahora lo veo a través del agua: distorsionado, confuso, circulante; como algo que se dejó atrás de golpe, sin avisos ni ceremonias, sin detenimiento y sin gracia.
Si, soy esa piedra, ahora en el fondo del pozo.

El que arrojó esa piedra a lo mejor esperaba escuchar el “ploof!” cuando ésta se impactara con el agua; que pena, hay piedras que simplemente no dan el gusto.

los caballeros olvidan

“Señorita, los caballeros olvidan… a veces” ¡Que desfachatez la de este caballero! Eso fue suficiente para mí y con un deje de desprecio, interrumpí a mi interlocutor “discúlpeme, tengo prisa…” Me fui.

¿Qué cosas olvidan los caballeros? Se me ocurrieron muchas, algunas un tanto prosaicas y otras llanas, pero no pude quitarme la frase de la cabeza. ¿Qué olvidan los caballeros a veces? Muchísimas más cosas de las que olvidan: lo que olvidan a veces puede ser el onomástico de alguien o de todos, a veces, hasta el propio; a veces se les olvida la cartera con su contenido; a veces, se les olvida su estado civil, el nombre de la querida o el bando en el que andan; a veces se les olvida pedir las cosas “por favor” y a veces hasta se les olvida siquiera pedir-las; a veces se les olvida que no es prudente manejar cuando se ha bebido de más y a veces, también se les olvida que tratan con damas y no viejas.

Que bueno que me fui.