sábado, 5 de julio de 2008

Soledad

Destellos, colores, luces deslumbrantes y repentinas, sonrisas desnudas de emoción pero tan intensas como la música que cimbraba su alma, que acallaba las voces de su cabeza... estaba sola en un mar de gente, sola en la vorágine de mentes desprendidas de la realidad.

Podía ver a Sergio preparar otra ronda de vodkas con piña; Sara cruzaba la pista, probablemente para alcanzar a Sofía en el baño; Tole platicaba con una chava con pinta de judía, quizás Tole tendría una nueva historia de trasnoche el lunes...¿Dónde estaba Luis? Ah, sí, gritándole a Sabina en la entrada. Pobrecitos, no había ni a cuál irle con los pleitos y escenas que armaban siempre y en todos lados, caían gordos de lo dramáticos que se ponían. ¿Por qué estaba con ésta gente?¿Qué estaba haciendo aquí en este lugar que desbordaba sus sentidos y aletargaba su raciocinio?¿Cómo había lle...

"¡SOOOOOOL! ¡MIRA QUIÉN VINOOOO! ¡ES ALEEEEEX!"
"¡Sooooool! ¡¿Qué ondaaaaa Guapaa?! ¡Sooo long, noo seeeeeeeeee loveeee!"
Alex
; qué oportuno. Sólo él podía sacarla de este ensimismamiento colectivo en el que estaba atrapada, parecía su ángel olvidado, él tenía que salir de ese antro. Ahora, ahora mismo.
"¡ALEEEX! ¡¿A DóNDE VAS GOEIIII?!"
Se iba, igual que como había llegado, se iba ahora.
"¡Chaaaaauu Guapaa!"

¿Cómo había llegado a estar tan sola, tan desesperada de compañía, de significado y de sentido en su vida? Aún en la turba de gente más densa, en la aglomeración más grande, no había compañía que espantara a la Soledad que nacía en su nombre.